Es normal que la gente piense que parte de sus vidas pueden ser historias ficticias, pero está ocurriendo un fenómeno que es mucho más extremo. Los psicólogos están viendo pacientes con lo que se ha llamado ?el delirio de The Truman Show?, que les hace creer que ellos son las estrellas involuntarias de un reality show secreto, y que cada movimiento suyo está siento monitoreado y transmitido.
Algunos ejemplos de cómo el delirio ha jugado:
– Un hombre causó un desorden en un edificio gubernamental, donde fue a demandar asilo político de su vida televisada.
– Otro trepó la Estatua de la Libertad, creyendo que sería reunido con su novia del colegio en la cima, y finalmente sería liberado del ?show?.
– Un periodista fue hospitalizado porque creía que sus colegas estaban falsificando la televisión, la prensa y las noticias en Internet por diversión.
– Un hombre fue a Nueva York para corroborar si el World Trade Center se había realmente caído, creyendo que el 9/11 era un montaje elaborado en su propia historia.
Estos son escenarios reales documentados por los psiquiatras Dr. Joel Gold y Dr. Ian Gold, dos hermanos que acuñaron el ?Delirio de The Truman Show? y co-escribieron Suspicious Minds: how culture shapes madness (Mentes suspicaces: cómo la cultura maneja la locura), un libro que explora el asunto. Aunque el síndrome no está oficialmente en el manual de Diagnóstico y Estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría, la categoría de delirio ha ganado interés en una cultura de Snapchat, vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y las Kardashian por todas partes.
El delirio, por supuesto, es nombrado por The Truman Show, la película de 1998 que representa a un hombre llamado Truman (protagonizada por Jim Carrey) cuya vida entera es sujeto de un show de televisión en vivo de 24 horas al día ?y del que él por supuesto no sabía nada.
Los hermanos Gold argumentan que la idea científica de que la enfermedad mental es solamente una disfunción cerebral debe ser descartada, y el rol de la cultura y sociedad que nos rodea debería ser considerada. ?Que una teoría de enfermedad mental debería hacer referencia al entorno no es más sorpresiva que la teoría de que el cáncer tiene que hacer referencia al humo del cigarro?, escribieron.
Un estudio afirma que Facebook puede provocar ?episodios y delirios psicóticos?. Otro muestra que el incremento de los rasgos de una personalidad narcisista de estudiantes universitarios, que puede ser alimentado por herramientas como Facebook, Twitter, Pinterest e Instagram.
Suspicious Minds recuerda a la gente que cualquiera puede experimentar impulsos delirantes algunas veces, impulsados por sentimientos de estrés o inseguridad. Y admitamos que ?después de ver The Truman Show, ¿quién no tuvo la sensación de estar siendo observado? Pero aquellos que su vida diaria es afectada por delirios deberían ver a un doctor.
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