Los agricultores de la provincia de Konya, en la región de Anatolia Central, Turquía, están viendo con desesperación como peligran sus campos a causa de cientos de agujeros gigantes que se están tragando la tierra y sus cultivos.
Aunque la aparición de estos enormes agujeros recuerdan mucho a los hidrolacolitos o bulgunnyakhs de Siberia, que son causados por la acumulación de metano en bolsas de permafrost descongelado, el caso de Turquía es totalmente distinto.
Este tipo de agujeros empezaron a aparecer a principios de siglo, pero con los años se ha acelerado. Según datos del Centro de Investigación de Hundimientos de la Universidad Técnica de Konya, este año la situación ha llegado a ser alarmante porque desde enero se han registrado alrededor de 600 agujeros, frente a los 350 del año pasado.
La provincia de Konya es conocida como el granero de Turquía debido al vasto mar de trigo que se extiende por todos lados. Pero, aunque la región sigue siendo el principal centro agrícola del país, la sequía persistente que azota esta zona desde hace años ha provocado un problema imprevisto que no ha hecho más que empeorar en los últimos años: los sumideros.
De acuerdo a La Vanguardia, a medida que los agricultores recurren cada vez más al agua subterránea para mantener con vida sus cultivos, las cavernas gigantes que se drenan de agua finalmente colapsan bajo el peso del suelo. Estos hundimientos crean los enormes agujeros de decenas de metros de ancho y hasta 150 metros de profundidad.
El profesor Fetullah Arik, que dirige el Centro de Investigación de Hundimientos de la Universidad Técnica de Konya, asegura que los sumideros son un fenómeno bastante reciente observado en los últimos 10 a 15 años, pero que la causa del problema se remonta a la década de 1970. “Fue entonces cuando comenzó el riego incontrolado de aguas subterráneas en la zona, una práctica que lamentablemente continúa hasta el día de hoy”, reveló.
Este tipo de sumideros son casi exclusivos de la llanura de Konya, debido a las características de la tierra, la dirección de la corriente del agua, combinada con la reclinación de las aguas subterráneas.
“Los agricultores intentan encontrar soluciones para llenar los sumideros, pero al final, no pueden llenarse adecuadamente porque el vacío debajo de la tierra es más ancho que el que se ve a simple vista. Es mejor marcar el área con un cartel de sumideros para evitar accidentes”, dijo Arik.
Aunque aún no han causado víctimas humanas, los agujeros cada vez aparecen más cerca de asentamientos humanos y el hecho de que los científicos no pueden predecir dónde ni cuándo ocurrirán significa que los riesgos son elevados.
Foto: Captura de video.