Brittaney Benesh, de 23 años, es madre del pequeño Ayden, de 4 años, con quien vive en Vallejo, California (EE.UU).
Una noche, Ayden sufrió una desafortunada caída, tras saltar sobre un montón de ropa. El accidente lastimó la frente del pequeño, por golpearse con una parte de la cama.
El accidente no sólo dejó secuelas físicas en Ayden, sino también psicológicas, ya que comenzó a sentirse acomplejado por el corte en su cara. El niño incluso llegó a negarse a salir de casa.
"No paraba de preguntarle si me dejaba verlo debajo de la tirita, pero él seguía tapándolo", contó la joven madre.
Ante el complejo de su hijo, Brittaney tuvo una brillante idea para aprovechar la pasión de Ayden por los disfraces.
"Le pregunté si le gustaría ser Harry Potter, y él contestó '¡sí!'", relató la joven.
Con un marcador rojo, Brittaney convirtió el corte en la frente de su pequeño en la marca del rayo del famoso mago creado por J.K. Rowling. Además, para completar el look, la mujer le puso un par de lentes negros redondos.
Ayden quedó tan fascinado con su disfraz que no quería quitárselo en todo el día y, además, sigue pidiéndole a su madre que lo convierta en Harry.