La creencia popular dice que si despertamos a esta persona puede volverse loca.
Los trastornos del sueño afectan a millones de personas a diario, lo que imposibilita tener un buen descanso. Insomnio, somnolencia diurna, hipersomnia, apnea del sueño o sonambulismo son algunos de ellos, aunque no ha sido hasta las últimas décadas cuando se han considerado estas alteraciones del sueño como una distorsión de la salud que modifica y condiciona nuestra vida.
Este desconocimiento ha propiciado que surjan numerosos mitos y creencias en torno a ellos. Uno de los que más hemos oído hablar es que si encontramos a una persona sonámbula y la despertamos, podríamos volverla loca, aunque podría ser solo un mito sin sustento científico.
«En primer lugar, habría que definir qué es exactamente el sonambulismo», explica Eduard Estivill, director de la Clínica del Sueño Estivill y de la Unidad del Sueño del Hospital de Catalunya. Se trata fundamentalmente de «un estado que mezcla el sueño y la vigilia» y en el que la persona que lo padece actúa como si estuviera despierta, tiene los ojos abiertos y puede caminar o hablar «sin recordar absolutamente nada al día siguiente», apunta el especialista.
Se trata de un trastorno que suele aparecer en la primera mitad de la noche y que, según el doctor, es mucho más habitual en niños (y suele desaparecer en la pubertad), aunque algunos adultos también pueden padecerlo. «En estos últimos, el sonambulismo puede ser un síntoma de un problema médico que hace que las funciones mentales disminuyan, es decir, que exista un trastorno neurocognitivo».
El especialista asegura que la creencia de que despertar a un sonámbulo es malo es «totalmente falsa» y que el único problema es que puede resultar bastante difícil despertarlo, al encontrarse en una fase muy profunda del sueño. Lo que sí va a pasar cuando lo despertemos es que se va a encontrar bastante confuso, ya que no es en absoluto consciente de lo que está pasando y no va a entender por qué le estamos despertando, publica El Confidencial.
«Si nos encontramos a un sonámbulo, lo mejor es llevarle de nuevo a la cama con palabras muy cortas como ‘ven’, ‘vamos’, ‘sígueme’, y dejarlo de nuevo en la cama, tranquilo», explica el doctor.
Lo que sí es cierto es que puede suceder que durante un episodio de sonambulismo la persona pueda estar más torpe y tropiece, por ejemplo, con unas escaleras o confunda una ventana grande con una puerta e intente saltar. En estos casos, para protegerlos, es recomendable «cerrar bien las ventanas y puertas de casa, procurar que no tengan que bajar escaleras y, si eso no es posible, poner unas barandillas en la puerta o la escalera» para impedir sus movimientos.
Para este problema del sueño no hay un tratamiento específico ni farmacológico. «En el caso de los niños, suele aparecer en los casos en que duermen menos horas de las necesarias y, durmiendo más, suelen mejorar por sí solos», dice Estivill. Sin embargo, si el origen se da por unas amígdalas grandes, provocando apneas, la solución debe pasar por una intervención quirúrgica.
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