Es una situación inédita en el fundamental traspaso de la valija que contiene los códigos de las armas nucleares.
Ya está más que claro que Donald Trump no tiene intención de asomar la nariz en la ceremonia de investidura de Joe Biden, quien jurará como el 46° presidente de Estados Unidos.
Por su parte, Melania Trump no invitará a la nueva primera dama a la Casa Blanca. Muestras de que algunas tradiciones que por años se han dado en el cambio de mando estadounidense esta vez no ocurrirán.
Sin embargo, el cambio de poder también tiene otros aspectos que son más que tradiciones y tienen que ver con la seguridad nacional. Uno de estos aspectos es la entrega del «maletín nuclear».
Se trata de una valija reforzada con metal que acompaña a todas partes al presidente de EE.UU. por si se necesitara lanzar un ataque atómico estando lejos de la Casa Blanca.
El protocolo dice que cuando el reloj marque el mediodía, el militar encargado de portar la valija la entregará al otro oficial, que se encargará desde entonces de cargarla para el nuevo comandante en jefe, según señala BBC.
Aunque es una parte discreta de las ceremonias de toma de posesión en EE.UU., no es por eso menos fundamental y se ha realizado desde el gobierno de John F. Kennedy.
Sin embargo, en esta ocasión Trump estará en Florida, es decir, a más de 1.500 kilómetros del lugar en que Biden jurará como nuevo presidente de Estados Unidos.
Aunque no se conocen los detalles sobre cómo se hará el traspaso del famoso maletín, el experto Stephen Schwartz aclara que existen al menos tres maletas de este tipo.
La existencia de tres maletines se debe a que uno es el que ocupa el mandatario, pero hay otra lista para ser entregada en caso de emergencia al vicepresidente o al «sobreviviente designado», persona que deberá asumir el mando si por algún motivo mueren todos los líderes en la línea de sucesión presidencial.
Schwartz cree que el Pentágono puede utilizar uno de estos maletines o preparar otro nuevo para Biden y activarlo en el momento en que tome posesión del cargo.
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