Debbi Stevens, una estadounidense de 47 años, demandó a su antigua jefa, Jackie Brucia, luego de ser despedida por faltar dos días a trabajar, debido a problemas de salud derivados de la operación mediante la cual le donó un riñón a su ex empleadora. Este curioso y cruel suceso se ha tomado las redes sociales recientemente, pese a que es un caso ocurrido hace varios años.
La historia comenzó en 2010, cuando Stevens se enteró que su empleadora, de entonces 61 años, se encontraba en lista de espera para recibir un riñón. En esos momentos, la trabajadora no prestó mucha atención al asunto, hasta que un año después la mujer le comentó que el órgano aún no llegaba y su vida corría peligro.
Jackie Brucia[/caption]
Ante la mala noticia, Stevens decidió darle una parte de su cuerpo a su jefa, porque "la respetaba y no quería que muriera", explicó la mujer a varios medios locales. La operación ocurrió en agosto de 2011 y, pese a que ambas no eran compatibles, los médicos le informaron que la paciente ganaría algo de tiempo a la espera del riñón definitivo.
Tras la intervención, Steven sufrió una serie de complicaciones que le impidieron acudir al trabajo durante algunos días. ¿Qué hizo entonces su jefa, Jackie Brucia? Decidió despedirla sin piedad.
"No se puede entrar y salir cuando se quiera. El resto de los empleados podría pensar que estaba recibiendo un tratamiento especial", contó la jefa.
Ante la falta de gratitud de Brucia, Stevens decidió demandarla para que le devolviera su trabajo y, en el peor de los casos, el órgano que le había donado. Pese a que han transcurrido cuatro años desde entonces, la causa aún no tiene solución.