El ocaso es inevitable para todo ser en cualquier actividad y los futbolistas no quedan exentos a esa regla. En el caso de Cristiano Ronaldo , empezó a producirse en el momento menos deseado para él, en una etapa inoportuna en la que anhelaba obtener uno de los pocos trofeos que le faltan a sus vitrinas: la Copa del Mundo.
El arribo de CR7 a Manchester United a mediados de 2021 resultó promisorio a partir de su producción de goles en un equipo que nunca convenció en lo colectivo. Rearmado y con cambio en la cabeza técnica, el luso se ilusionaba con despuntar desde el segundo semestre de este año. Pero nada de ello ocurrió; incluso, perdió protagonismo al punto de haber sido prescindible para su equipo en Inglaterra como para la Selección de Portugal .
El 2022 inició de manera positiva para el ex Real Madrid y Juventus, con sus 10 tantos en 15 presentaciones en la Premier League. El disgusto para el nacido en Madeira llegó en la Champions League, competición en la que casualmente es máximo artillero histórico, al no haber podido superar los octavos de final: quedó eliminado ante Atlético de Madrid sin haber podido siquiera anotar.
Asimismo, en la FA Cup tuvo apenas una intervención y tampoco consiguió sacudir las redes. El ciclo de Ralf Rangnick por aquel entonces comenzaba a agotarse y se esperaba que un nuevo proyecto junto al cambio de estratega tuvieran un impacto favorable.
Con la llegada de Erik ten Hag, Cristiano sintió el rigor: no importaba su cartel; el hecho de sumarse con demora a la campaña, sin la forma física ideal y tras saltearse la pretemporada, le pasaron factura. Desde entonces comenzaron las diferencias, se profundizó la crisis y el delantero lo pagó con la falta de continuidad.
En síntesis, entre agosto y noviembre, CR7 contabilizó 10 juegos por la Premier (4 como titular) con un saldo de apenas un gol. En Europa League encontró su consuelo al haber disputado 6 encuentros -todos desde el arranque-, convirtió 2 tantos y sumó misma cantidad de asistencias.
En ese contexto, el daño estaba hecho y Cristiano no lo iba a dejar pasar. Una vez que llegó la pausa por la Copa Mundial, se destapó con fuertes declaraciones hacia la institución mancuniana y el técnico neerlandés, acusándolos de «falta de apoyo y de respeto». Frente a esto, al club no le tembló el pulso y determinó la rescisión del contrato.
Predispuesto a vivir la cita soñada y con el objetivo de alcanzar la gloria en Catar 2022, Ronaldo se encontró con un nuevo escollo. Después de haber convertido una vez entre los dos primeros juegos de la fase de grupos, Cristiano descansó en la tercera participación y ya en octavos de final perdió la titularidad.
Su presencia pasó inadvertida con la aplastante victoria por 6-1 en octavos de final contra Suiza, aunque las críticas recayeron sobre el seleccionador Fernando Santos por haberlo puesto unos pocos minutos en la derrota de cuartos a manos de Marruecos, lo cual finalmente acabó con su sueño.
En definitiva, con Portugal se despidió con 2 tantos por la Nations League y 1 en el Mundial en este 2022. Su imagen quedó desvanecida en este segundo semestre. Su futuro se ve lejos de los principales flashes a menos que algún grande del Viejo Continente apueste por él a sus 38 años y mientras desde Arabia Saudita suena el nombre de Al-Nassr para ficharlo. El destino es incierto para CR7, quien revelará en 2023 cómo continuará su vida deportiva.
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