Se trata de la primera clínica especializada para tratar los efectos producidos por el consumo excesivo de alcohol. El centro, que tiene sede en Sidney, proporciona a sus pacientes líquidos intravenosos, vitaminas, medicamentos contra las náuseas y oxígeno por un costo entre los 66 y los 140 dólares, según la cadena local ABC.
Esta propuesta ha motivado las críticas de la Asociación Médica Australiana por considerar que alienta las borracheras descontroladas. Además, ha alertado que no existen evidencias que respalden la eficacia de los tratamientos que se entregan.
"Puede afectar a las personas con la innecesaria inserción de cánulas intravenosas", comentó el vicepresidente de la AMA, Stephen Parnis, quien consideró que el consumo de alcohol excesivo además puede estar asociado a otros problemas como la depresión, traumas y la violencia.
Uno de los dueños de la clínica, el exabogado Max Petro, aseguró a la ABC que la clínica estuvo bajo la supervisión de funcionarios del estado de Nueva Gales del Sur y, hasta el momento, no ha habido quejas. Incluso, argumentó que este sitio, además, contribuye a reducir la carga de trabajo en los servicios de emergencia de los hospitales públicos.
Fuente: El Espectador