Comenzó como una última promesa a un hombre moribundo. Y ahora está cambiando las vidas de los pacientes de un hospital, al igual que a las personas y mascotas que los aman.
Operando en el Juravinski Hospital en Hamilton, Canadá, Zachary’s Paws for Healing es la primera organización que se encarga de que las personas hopitalizadas tengan visitas semanales de sus amadas mascotas.
La organización comenzó gracias a Donna Jenkins, cuyo sobrino Zachary fue diagnosticado con un agresivo Linfoma de Hodkin a los 23 años. Mientras se encontraba en Cuidados Intensivos luego de su tratamiento, rogó poder ver a su perro Chase. La familia pudo levar discretamente al perro salchicha como visita. Inmediatamente, Zachary comenzó a sentirse mejor. Luego, en la unidad de hematología, un criador de Dachshunds le llevó un cachorrito. Nuevamente, el efecto positivo fue innegable.
“Los estudios indican que las mascotas pueden mejorar los signos vitales, disminuir el estrés, reducir la depresión, y entregar una razón para recuperarse a los pacientes”, dice Jenkins. “Vimos todo eso en Zachary”.
Zachary junto a su perro
Cuando Zachary vio que no viviría mucho más, hizo prometer a Jenkins que encontraría la forma de ayudar a más pacientes a recibir visitas de sus mascotas. Habló también con los encargados en el hospital y les pidió que abogaran porque el programa funcionara.
Así fue como se implementó el programa piloto de Zachary’s Paws for Healing. Todos en el hospital se involucraron creando el proceso y el protocolo.
Desde que se implementó en septiembre, el programa se ha expandido desde ofrecerse en sólo 4 unidades a todo el hospital. Cuando un paciente requiere una visita, el equipo hace el papeleo y, mientras no hayan problemas, la mascota puede ir a visitar al paciente dentro de 48 horas, o 2 horas en caso de ser situaciones terminales. A la mascota se le limpia y se prepara, se revisa su estado de salud y luego se pone en una caja cubierta, que se transporta a la habitación del paciente.
Jenkins ha sido testigo de increíbles momentos entre pacientes y sus mascotas en los últimos meses.
Una historia particularmente conmovedora es la de una mujer llamada Shirley que solicitó una visita de despedida para su perro, sabiendo que iba a morir .Shirley no podía moverse, excepto por su mano derecha. Cuando llegó u perro, el la besó y se puso inmediatamente bajo la mano derecha para ser acariciado.
“Habló de la visita hasta que falleció”, recuerda Jenkins. “Sus últimas palabras fueron sobre el perro”. El hijastro de Shirley se conmovió tanto con la experiencia que se convirtió en uno de lo 28 voluntarios de la organización.
Los pacientes no son los únicos beneficiados, según Jenkins. “Estas mascotas están sufriendo de ansiedad por separación. No saben dónde se fue su humano y no lo han visto hace tiempo. No importa qué raza de perro o la edad que tenga, las mascotas siempre se alegran de ver a su dueño cuando los reunimos”.
Varios hospitales en EE.UU tienen programas similares, al igual que el Reino Unido.
Mira un video de este exitoso programa a continuación: