Maltratado y desnutrido, el pequeño Gorgi llegó hasta una estación de policías en Puerto Rico, específicamente en la ciudad de Bayamón. Sin estar muy seguro de dónde estaba, el cachorro ingresó temeroso, sin saber que su vida cambiaría para siempre en ese lugar.
"Llegó asustado, buscando afecto y protección" dijo el Sargento Tony Montesinos. "Le dimos agua y comida esa tarde, luego de comer él se quedó con nosotros un rato, y luego se fue" continúa.
Al día siguiente de su primer encuentro con los policías de Bayamón, el cachorro volvió a la estación. Los oficiales estaban sorprendidos por lo amigable que era el perro, imaginando el difícil pasado que había tenido. Al ver cuánto disfrutaba estar en el lugar, decidieron adoptarlo.
Pero Gorgi no solo encontró amor y una familia en esa estación de policía; también encontró un trabajo.
Así es, se transformó en el perro vigilante de la estación. Incluso tiene su propia placa y pequeño chaleco de policía.
"Reduce nuestras tensiones" dijo el Sargento Montesinos. "Aquí todos lo quieren, jamás le faltará comida, agua o amor mientras viva."