Hace ciento cincuenta años, para las mujeres, estudiar en la universidad era una misión casi imposible. Pero Marie Curie desafió su destino: dedicó su vida entera a investigar en un sótano “casi irrespirable” y gracias a ella hoy existen terapias para diagnosticar y tratar distintos tipos de cáncer. Un día cómo hoy, 7 de noviembre, Marie Curie nacía en Varsovia, Polonia, bajo el nombre de María Salomea Sklodowska.
Durante su infancia tuvo dos grandes golpes que la marcaron para siempre: su hermana Zofía murió de tifus en 1876 y dos años después perdió a su madre por una tuberculosis, con tan solo 10 años. Desde ese momento Marie se volvió agnóstica: no creía en nada que su razón no le permitiera entender. Desde ese momento ya se vislumbraba en ella su perfil científico. Estudió en París, en la prestigiosa Universidad de La Sorbona, donde se licenció en Física y Matemática. Allí, en 1874, conoció a Pierre Curie, un físico y profesor francés muy respetado. Juntos publicaron en total treinta y dos trabajos científicos. Entre ellos, uno muy prometedor para la humanidad que constituía el principio de la radioterapia. En 1903 le concedieron el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de los elementos radiactivos y en 1911 la otorgaron un segundo Nobel, el de Química, por sus investigaciones sobre el radio y sus compuestos. 🟧¿Por qué los cuadernos de Marie Curie se encuentran guardados en un sótano bajo varias capas de plomo?
Sarcófagos cubiertos de 1 pulgada de plomo, donde yacen los restos de Marie Curie y su esposo Pierre Todo lo relacionado con ella y que aún se conserva, debe guardarse con precauciones extra y en cajas de plomo, incluido el propio cadáver de la científica, el primero de una mujer en ser sepultado, por sus propios méritos, en el Panteón de París, la célebre tumba de las glorias de Francia. Cuando se trasladó hacia allí, se necesitó construir un sarcófago de plomo con casi una pulgada de grosor para evitar que escaparan al ambiente los átomos radioactivos que todavía emanan del cadáver de la “madre de la física moderna”. Y los científicos creen que estarán así, al igual que los cuadernos, por al menos1.500 años, el tiempo medio en que tardarán en desintegrarse los átomos de radio.
Anotaciones de Marie Curie, todos estos archivos se encuentran dentro de la bóveda de “la madre de la física moderna” por su abundante concentración de átomos radioactivos que pueden resultar nocivos para el ser humano.