Pablo Campos Redactor
Se resistía a irse de Tokio sin completar la prueba de los 50 kilómetros. Hace dos años en Lima, Claudio Villanueva se proclamó campeón de la categoría en los Juegos Panamericanos y en los Juegos Olímpicos soñaba con la posibilidad de una medalla. En sus redes sociales publicó su historia y contó detalles de lo ocurrido.
Pero no fue así: las lesiones y molestias del cuerpo no le permitieron marchar a su ritmo, pero no claudicó: fue el último deportista en cruzar la meta, lo hizo en soledad y con el aplauso y apoyo de los voluntarios de la competencia, que reconocieron en él a un deportista de voluntad inquebrantable, que nunca se dio por vencido.
Las imágenes de un Villanueva extenuado, destrozado por el dolor y llorando en la meta conmovieron. Pero su historia está marcada por el sacrificio, por la resiliencia y por su gran capacidad de reponerse ante las adversidades. Por estas horas, su historia es ya conocida: tiene 30 años y desde hace 12 no tiene noticias de su padre, el español Claudio Paulino Villanueva, quien salió a una excursión en el sector de El Cajas y nunca más regresó.
La ausencia de su padre ha marcado su camino. Le ha dedicado sus triunfos con una frase que impacta: ‘Papi, si estás vivo, para ti va esta medalla’ dijo al ganar la prueba en los Juegos Panamericanos. No ha sido la única adversidad que ha tenido que afrontar: su hijo Claudio Santiago tuvo severos problemas de salud desde pequeño: a los 15 días de nacido, sufrió de una enterocolitis necrotizante (enfermedad grave en los bebés).
Además sufrió parálisis cerebral. Pese a ello, el andarin azuayo no ha perdido su optimismo y su alegría. Su hijo, su esposa Grace son su motivación.El deporte no ha sido la única actividad que tuvo para subsistir. El año pasado, según publicó el periodista Manuel Quizhpe en EL COMERCIO, Villanueva alternaba sus entrenamientos con el negocio familiar: la venta de pasta artesanal a domicilio. Su madre Julia Flores elaboraba la pasta y Villanueva y su esposa se encargaban de la venta y entrega de los productos.
El deportista conoce Cuenca como la palma de su mano y cuando no conocía una dirección se apoyaba en la aplicación Google Maps para entregar el producto. Recorrer las calles de la capital azuaya no es un asunto nuevo: cuando era más joven fue taxista informal.
Villanueva perdió a su entrenador por el COVID-19. El histórico técnico Luis Chocho falleció con coronavirus y dejó un vacío en el campeón panamericano y sudamericano. Ayer, luego de la competencia, Villanueva lo recordó: ‘Lucho, me sigue sacando lágrimas. Tendré que acostumbrarme a la vida sin usted’, escribió en su Facebook.
Villanueva es un campeón que no conoce de treguas. Llegó al último en los Juegos Olímpicos, pero llegó, pese al dolor y las múltiples lesiones que atormentaban su cuerpo. Ahora va por más. Un espíritu inquebrantable como el suyo no se va a conformar, sin pelear, sin resistir y avanzar.